Ya conocéis nuestro calendario SMA que venimos editando desde hace
más de treinta años. Es una bendición, nuestra bendición, y sólo podemos
hablar bien de él por diversas razones:
• Es la fuente de nuestra economía. Muchos de los que forman nuestra
familia SMA nos han conocido a través del calendario.
• Somos mendigos, vivimos y llevamos a cabo nuestra vocación con la limosna o donativo de muchas personas.
• Esa condición de pordioseros, desde el inicio de nuestro instituto,
marca nuestro estilo de vida y espiritualidad consciente o
inconscientemente. Dependemos de los demás y esa dependencia
nos lleva a confiar en los demás y en la acción de Dios en el ejercicio
de nuestra vocación; también nos ayuda a comprender el misterio de
la evangelización: es Dios el que hace fructificar cuando quiere.
• Curiosamente esta dependencia nos carga de humor y fe en el futuro
porque en multitud de ocasiones hemos visto surgir comunidades
cristianas de la nada, brotar la vida de lo que parecía muerto.
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Además, el calendario de este año
quiere marcarnos una pauta:
«Si no os hacéis como niños…».
«Saquemos la sonrisa del niño que
llevamos dentro»
«En aquel momento se acercaron
a Jesús los discípulos y le dijeron:
«¿Quién es, pues, el mayor en el
Reino de los Cielos?»
El llamó a un niño, le puso en
medio de ellos y dijo:
«Yo os aseguro: si no cambiáis
y os hacéis como los niños, no
entraréis en el Reino de los Cielos».
Así pues, quien se haga pequeño
como este niño, ése es el mayor
en el Reino de los Cielos.
«Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me
recibe».(Mat 18:1-5)
Por eso en el calendario hay
un recorrido por la niñez y sus
facetas: la sonrisa y frescura,
la alegría con sus frutos, la
comunión de juegos y alimentos,
la observación, el no tomarse en
serio, marcado por el signo de la
cruz, los colores en un rostro que
brilla, la comunión: toma, primor;
caminar juntos, brotan de la tierra,
la hermana agua, el aprendizaje, la
observación y la comunión. |